La principal motivación que da sentido a este proyecto es la de cambiar la forma de habitar la calle y de dar un mayor protagonismo al peatón frente a los vehículos que tendrán prohibida la entrada, excepto para vecinos y vehículos de carga y descarga de los comercios. Se lleva a un mismo nivel todo el pavimento sin escalones de aceras, dejando la pendiente necesaria para la evacuación de las aguas de lluvia. Se propone una sección asimétrica que formalizará la peatonalización de esta calle con un pavimento continuo en el que se diferencian espacios únicamente mediante el color y el tamaño de las piezas.

La calle dels Mont tiene la particularidad de que se va haciendo más estrecho, creando un embudo al llegar a la calle Albalat. Para dar respuesta a esta forma se propuso una única alineación como solución en el frente de fachadas de números impares. En la otra parte, la alineación se pierde y encontramos algunas fachadas retiradas de la alineación y otras que con el tiempo tendrán que retirarse. Para mantener la coherencia del proyecto con el entorno definimos un sistema de colocación del nuevo pavimento en la que se encontrará reflejado esta irregularidad de las fachadas de la calle.

En la calle Cervantes se continúa con la misma sección de calle definida en la calle de los Mont con la única diferencia que en este tramo al no ser calle donde pasa la procesión se podían colocar elementos fijos de arbolado para dar vida y color en la calle. Las especies seleccionadas aportan el color necesario en la calle y han sido elegidas con el asesoramiento de técnicos especializados puesto que tenían que ser árboles que pudieran sobrevivir con poco mantenimiento en un entorno urbano. Al final de la calle Cervantes mediante una curva pronunciada se indicará a los vehículos qué es la dirección que tienen que tomar. Se genera así un pequeño lugar de encuentro para peatones rodeado de vegetación y mobiliario urbano emulando una plaza pequeña.